Fue cuando subimos al auto con Quique.Él puso la radio y los recuerdos se vinieron de golpe, como una avalancha.
-Uh, Bon Jovi!...
-Qué? te gusta?
-Sí... Me recuerda a...
a...
a...
1989. Diecisiete años y un novio inesperado. El mundo, como siempre a esa edad, contra una, y él en medio, protegiéndome de todo.
Se ganó a mi papá, a mi mamá, a mis abuelas y a mis hermanos más chicos. Entendía mi amor por Morrisey, mis enojos, mis caprichos. Me celaba, me cuidaba. Peter Pantera me adoraba.
Fué el primero (y éso hay que aclarárselo a todas las chicas: él primero nunca se olvida). Cuando dejamos de vernos, mi viejo me dió un sermón que recordaría muchos años después: los que te quieren, no son descartables.
Qué cuernos sucede en la cabeza de una chica de diecisiete años, como para dejar un amor con garantía de por vida, y dedicarse a saltar precipicios.
2 comentarios:
Qué preguntas que te hacés, Flavia querida...Ayer charlábamos con el Guille (mi primo, el tano loco) y pensábamos "que hubiera sido de este país si en el año '86 hubiese pasado tal cosa...??". Creo que hay que adoptar una postura zen (será?) y dejar que las cosas fluyan; es lo que hay, diría un amigo mío.
Un beso
no me hago con frecuencia estas preguntas, Chelo... imaginate la de respuestas que encontraría y, presumo, no me gustarían ni medio. pero, como para no quedar como cobarde, y hacerme un poco cargo de la vida que llevo y llevé, cada tanto me doy esos permisos. pero si, sin duda, el secreto es ése, te doy toda la razón:es lo que hay. o lo que soy.
otro beso para vos y para el Perro.
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