jueves, 22 de julio de 2010

-34....... 57........ 12......
-Ay, casi!
-68....... 22....... Hummm, se siente olor a quemado!
-Uh! A ver....
-...cha, diga! Soy yo, se me quemó un poquito la punta!

Y así seguían, jugando con los maíces que al lunes siguiente se comerían las gallinas, pasándose el mate recontradulce y caliente, adecuado para esas tardes de domingo que me parecían eternas.
No recuerdo si primero fue una lata de dulce de batata, o una asadera vieja, pero si recuerdo el olor de los primeros braseros de mi Nona.
Los ubicaban casi de acuerdo a leyes físicas intuidas, abajo de la mesa de la cocina (que no por ser mesa de cocina era para seis personas.... no, que va: hasta dieciseis nos sentábamos a esa mesa). Cuando los pies de alguno no llegaban a su orilla, alguien renunciaba un ratito al calor y lo pasaba, "...con cuidado, sin patearlo!", nos habían enseñado.
No sé de dónde salió, o quién se lo regaló, pero un día estrenó uno fabricado, con parrillita alrededor, y unas patitas, muy paquete. Lindo, pero muy difícil de manejar.
Porque los chicos, los nietos, los manejábamos, claro que sí. Solamente bastaba contar con diez años cumplidos, y ya podíamos. Bah, podíamos muchas cosas, pero llenar el brasero nos hacía pasar a otro nivel, era como el preámbulo de empezar a cocinar solas o hacer el asado solos.
Las instrucciones eran pocas, pero estrictas en su cumplimiento:
. No llenarlo hasta el tope.
.Sostenerlo con los brazos firmes.
.Si se sacaban muchas brasas, había que poner tronquitos nuevos, para más tarde.
Repartía calor para todos lados, y no discriminó nunca entre zapatillas de corderoy y zapatos Hormagrand al momento de quemar suelas. Y el olor , dios mío!, el olor del calor mezclándose con la tierra del piso no lo sentí nunca más. Algún aguafiestas le regaló después a la abuela una estufa a garrafa.
No recuerdo ningún lampazo quemado por pasarle cerca, ni haberlo apagado jamás echándole agua. Se apagaba solito, a la noche, cuando ya nos habíamos ido o estábamos durmiendo al calor del abrazo de la Nona....

Y ahora que lo pienso, creo que recordar una cosa me hizo extrañar la otra.

3 comentarios:

eltramonta dijo...

Mi querida amiga ( amiga virtual, pero tiene eso importancia alguna?)
HAS VUELTO!!!!! Ha vuelto, la exquisita narradora vital, la tolstoiana mendocina, que con su historia y su poesía en palabras una al lado de la otra nos pintaban la aldea en la cual muchos de nosotros hemos vivido, haciéndonos sentir que ESA historia, era NUESTRA historia.Esa magia tenía, y siguen teniendo tus relatos.Nada menos!
Que los dedos te sigan haciendo cosquillas, mi querida Flavia, para que en nuestros oídos vuelvan los rumores infantiles a traernos esa alegre melancolía de las cosas idas que siempre estarán presentes, un braserito en el alma, para templarnos el cuerpo.
Abrazón de alma, como siempre.Y gracias

Araña Patagonica dijo...

Hola amiga!! un gusto volver a leerte otra vez!!
Lindas tus historias, tus recuerdos.

Un beso grande!!

Buda de nieve dijo...

Volviste de verdad, o seguis medio vagoneta ... como un servidor?