viernes, 28 de octubre de 2011

Peter Pantera

Fue cuando subimos al auto con Quique.Él puso la radio y los recuerdos se vinieron de golpe, como una avalancha.
-Uh, Bon Jovi!...
-Qué? te gusta?
-Sí... Me recuerda a...
a...
a...

1989. Diecisiete años y un novio inesperado. El mundo, como siempre a esa edad, contra una, y él en medio, protegiéndome de todo.
Se ganó a mi papá, a mi mamá, a mis abuelas y a mis hermanos más chicos. Entendía mi amor por Morrisey, mis enojos, mis caprichos. Me celaba, me cuidaba. Peter Pantera me adoraba.
Fué el primero (y éso hay que aclarárselo a todas las chicas: él primero nunca se olvida). Cuando dejamos de vernos, mi viejo me dió un sermón que recordaría muchos años después: los que te quieren, no son descartables.

Qué cuernos sucede en la cabeza de una chica de diecisiete años, como para dejar un amor con garantía de por vida, y dedicarse a saltar precipicios.